El IPASC “Institut Panafricaine de Santé Communautaire » es una organización sin fines de lucro que trabaja en el norte del departamento de Ituri en la República Democrática del Congo. Esta organización está compuesta por profesionales de la salud y el desarrollo que prestan una valioso servicio a toda la población de esta parte del país, una de las anécdotas más importantes del IPASC es la “La Milagrosa”.
Dedicada a Lavinia Keller
En febrero 2008 al llegar a las instalaciones de IPASC para identificar un proyecto de desarrollo de la Comisión Europea, me llamo poderosamente la atención una vieja camioneta Toyota color verde que reconocí inmediatamente ya que mi padre compró una camioneta idéntica a esta a principios de los años 70. Quede muy sorprendido de ver lo perfectamente conservada que se venía y lo reluciente de su aspecto.
Yo he llamado “La Milagrosa” a esta vieja camioneta Toyota Stout 2.200 que fue comprada hace más de 40 años gracias a una donación de la organización alemana Pan para el Mundo.
Aun antes de comprarla realizó su primer “milagro” ya que a causa de los conflictos interraciales de la región los miembros de la organización IPASC debieron huir del centro al norte del país. A fin de esconder el dinero que serviría para comprar el vehículo, se cosieron todos los billetes en el pañal de un niño pequeño que luego se vertió abundantemente con desechos del mismo niño y con los cuales debió viajar más de mil kilómetros.
El segundo “milagro” se realizó hace 35 años, la camioneta fue enterrada completamente a fin de evitar que los soldados o las milicias la requisaran y pasara a ser parte del valioso contingente de guerra.
La tercera “escapatoria” de esta camioneta se llevó a cabo unos 5 años después a causa de los mismos conflictos, el personal del IPASC decidió construir una casa de adobe con una abertura y cuando esta estuvo lista, a medianoche en la más negra obscuridad, en el más absoluto secreto y sigilo “La milagrosa” fue introducida en la casa e inmediatamente se procedió a cerrar la última abertura de la pared de la casa dejándola sin puertas ni ventanas. Por supuesto los combatientes pasaron muchas veces por allí ignorando que la casa contenía la camioneta dentro.
La cuarta escapatoria se llevaría a cabo en el año 1999, esta vez decidieron desmantelar completamente la camioneta, pieza a pieza, los componentes más importantes fueron enterrados y el chasis y carrocería fueron ligeramente quemados y abandonados cuan inservible chatarra se tratara, por supuesto “La Milagrosa” sobrevivió una vez más.
Su última aventura sucedió poco después cuando fue ensamblada y se la transporto en avión hasta Entebbe donde se procedió a pintarla y arreglarla mejor y posteriormente por tierra viajó hasta su actual residencia Aru donde sigue funcionando a la perfección y sigue salvando vidas ya que es utilizada como ambulancia para el transporte de enfermos y heridos desde Aru hasta el hospital de Arua en Uganda. Se dice que la camioneta salvo más de mil personas en su larga vida.
Durante mi estancia en Aru tuve el honor de conducir por unos pocos kilómetros esta valiosísima camioneta y al conducirla se puede sentir su tremenda energía positiva y su enorme valor humanitario.
Pocas veces en mi vida me he sentido tan a gusto conduciendo un vehículo.
Dedicada a Lavinia Keller
Es difícil imaginar por todo lo que "la milagrosa" ha pasado para sobrevivir. Hoy en día en esta sociedad en la que vivimos es tan fácil votar las cosas poseemos y remplazarlas por el último modelo sin razón alguna, especialmente en este país! Es una linda inspiración para mi leer la historia de "la milagrosa" y poder así aprender de ella! Mis respetos para "la milagrosa" y para todos aquellos que han ayudado a rescatarla. Mis mejores deseos para que viva mil años más y pueda continuar transmitiendo su "tremenda energía positiva y su enorme valor humanitario." ♥
ResponderEliminarDebes tener cientos de historias por este estilo. Esta historia esta preciosa, gracias por compartirla con todos nosotros!